lunes, 27 de abril de 2009

Amor y solidaridad por encima de todo


Cuando el poder del amor y de la solidaridad supere al amor por el poder y por la riqueza, recién entonces el mundo conocerá la paz, recién entonces podremos finalmente construir una sociedad más racional, con menos anarquía, con menos injusticias, con menos miseria, con menores niveles de corrupción, con menores absurdos desajustes…

Pero no nos engañemos a nosotros mismos… La población humana es muy numerosa y muy diversa, y por tanto no todo podrá lograrse en base a altruismo y a nobles sentimientos… Sin duda deberemos construir una estructura social mucho más segura, donde se faciliten los caminos correctos, donde se faciliten los emprendimientos correctos y positivos, y donde se impidan o mucho se dificulten los desvíos indeseados de consecuencias negativas, nefastas, predatorias… Sin duda e inteligentemente deberemos abandonar los instrumentos socio-económicos opacos, así como la economía de papel, y las inversiones tóxicas, y los valores-basura, y todo eso de lo que recientemente mucho se habla a raíz de la primera gran crisis económico-financiera global del siglo XXI…

En muchos casos la clase dominante es la que se apodera del poder y la que lo ejerce con discrecionalidad y con verticalidad… Y obviamente la corrupción y los sobornos aparecen casi inevitablemente cuando la clase dirigente no coincide con la clase dominante, pues los valores materiales y las ambiciones generalmente priman sobre los valores morales… La clase dirigente se suele endulzar con las mieles del poder y de la adulación y de las decisiones discrecionales fáciles, y así se establece una convivencia bien arraigada entre el poder administrativo-institucional y el poder político con el poder económico dominante… Sin duda hoy día la corrupción está generalizada y es social, sin duda hoy día y en mayor o menor grado, la corrupción está instalada en todos los niveles y en todos los estamentos sociales…

El problema principal sin duda es de responsabilidad política… Los partidos políticos deben tener muy buenas raíces en la sociedad civil, pues caso contrario y tarde o temprano se dejan seducir por la plutarquía y por el poder económico…

Sin duda hay que admitir que las mentiras y que los intereses creados son muchísimo más poderosos que las verdades y que las sanas ideas innovadoras…

¿Y frente a todo este panorama, cuál podría ser la mega-idea salvadora?…

Desde nuestro modesto punto de vista nos permitimos sugerir la moneda telemática… Este instrumento sin duda implementa una idea simple, acorde con la tecnología digital hoy día ya puesta a punto… Hagamos el esfuerzo de evaluar esta posibilidad… Tengamos en cuenta esta herramienta de posible y correcto ordenamiento social… Con toda evidencia el dinero telemático puede llegar a cambiar nuestras vidas…